Otra de mis novelas. Oh mi Dios santísimo.
Para Mae la naturalidad del mundo comienza despedazarse lentamente al ser la única testigo presente cuando el mayor incidente de su vida ocurre; un pedazo de su piel se desprende. Tan segura de que le dolerá, espera, y espera. Nada ocurre.
No hay sangre.
No hay dolor.
Solo un metal asomado entre la carne. Una especie de acero.
¿Lo peor? Intuye que su padre es el responsable de esto.
Su única opción es contactarlo. Saber porque todo lo que toca al alterarse se derrite.
Pero, desde luego, en toda historia existe el peligro. Y en este, suele ser llamado Ryden Max, ya sea por ser increíblemente sexy o por esa mirada hipnotizante que logra que cientos de chicas caigan a sus pies, lo que provoca en Mae una serie de nauseas.
Deberá elegir.
¿Su padre, el causante de su mutación o al peligro, al que instantáneamente se siente atraída?
Ambos sabemos la respuesta.
Leerla aquí.
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Estaré subiendo continuamente. Sin interrupciones, lo prometo.
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